¿Cuánto le cuesta al rey del jabón mantenerse en el mercado desde la época revolucionaria?
Aunque admitirlo te haga sentir de procedencia humilde no puedes negar que su uso ha marcado tu trayectoria de vida. Lo usó tu abuelita, tu mamá, tu tía, tu amiguita y tú lo sigues usando.
Su olor es indescriptible y su rosa es psicodélico, el Jabón… Zote, es una marca que desde épocas revolucionarias ha llenado a México de la solución que necesita para lavar y lavar toneladas de ropa a un costo accesible, pero sobre todo, con la garantía de quitar manchas espeluznantes.
Cuando éste producto vio la luz, su principal competidor era el jabón Tepeyac, su uso, por supuesto era exclusivo de lavandería; sin embargo, el ingenio mexicano que no conoce de límites, lo ha posicionado como un auxiliar para el moderado en talleres de arte, aromatizante para cajones y armarios, el uso cosmético contra la aparición de acné, sellador de fugas de gas y, ¿por qué no? jabón de tocador. Sus productores reconocen que, oficialmente, no pueden desmentir estos creativos usos, pero tampoco pregonarlos.
El 80% de la producción se queda en México, diariamente se producen entre 3 y 4 millones de pastillas, con este nivel de producción podríamos hacerle su muro a Mr. Trump, con un delicioso olor a citronela y un rosa muy bonito.
¿Cuánto invierte La Corona en publicidad para su producto estrella?
La respuesta queridos amigos es cero pesos…
Como si se tratara de un caso digno de Dark, la empresa nunca ha invertido un solo peso en hacerle publicidad a Jabón zote o alguno de sus demás productos. Universidades, incluso del extranjero, han enviado a sus alumnos a la empresa con el afán de descubrir la mañosa estrategia empleada por la empresa, no han encontrado nada.
¡¿Entonces, cómo logra permanecer en la mente del consumidor y vivir para contarlo?!
Gregorio Barcala, profesor de mercadotecnia en la Universidad Anáhuac, dice que una compañía de consumo gasta entre 5 y 8% de su facturación en publicidad. La Corona no tiene este costo y, por lo tanto, puede competir con productos más baratos.
“Es una empresa que tiene una estrategia basada en distribución, precio y calidad, no va por el mercado alto, sino por la base de la pirámide”, explica Barcala, también director de la incubadora de negocios de la Anáhuac. “A su principal competidor, Procter & Gamble, ni le interesa competir en este mercado ya que no hay margen para ellos, por sus gastos fijos y de publicidad”.
También se cree que la estrecha relación que tienen con sus distribuidores y su amplia red de distribución es un factor del éxito de su estrategia. La mayoría de sus vendedores tiene más de 20 años en la compañía y son viejos conocidos de sus clientes. Cuando La Corona lanza un producto puede apalancar esa lealtad para las ventas. Las mismas distribuidoras se esfuerzan para destacar los productos de esta compañía.
Big Cola, el refresco de la empresa peruana Ajemex, también trabaja muy cercanamente con sus distribuidores, dice Barcala. Se dirige a la base de la pirámide y tuvo un crecimiento explosivo en México en los últimos cuatro años, arrebatándole mercado a las omnipresentes Coca-Cola y Pepsi.
Lo único, extra, que podríamos destacar de este producto es su creativo nombre, muestra de que a veces lo más simple, funciona y funciona muy bien.